por RUBÉN ROMÁN
En 2020, las redes sociales se llenaron de consejos para lidiar con la COVID-19 y teorías conspiranoicas sobre su origen por parte de ciudadanos que se autoproclamaron expertos en la materia. Los niveles de desinformación que la pandemia trajo consigo fueron capaces de poner en peligro el correcto funcionamiento de la toma de decisiones en las democracias Por esto y por su capacidad de erosión de la confianza en las instituciones, Ulrike Reisach de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Neu-Ulm aborda el papel que juegan las redes sociales en este fenómeno.
Reisach afirma que, mientras que las publicaciones impresas tienen en plantilla a editores que reflexionan sobre el contenido, la responsabilidad y la reputación del propio medio debido a, entre otras cosas, tener protección legal, las redes sociales han intentado (y conseguido, al menos en Estados Unidos) estar blindadas del contenido presente en sus sitios webs. Sin embargo, no está de acuerdo con que actúen como meros intermediarios cuando dan espacio a la manipulación políticas. Por ello, citando a Zweig, Deussen y Kraft, coincide con la necesidad de que se les aplique una regulación similar a la de los medios tradicionales.
Y es que, de acuerdo con el autor, el modelo de negocio de las redes sociales (la venta de los datos de los usuarios con fines de segmentación demográfica) contribuye a la efectividad de la desinformación. Gracias al extenso conocimiento de aquellos presentes en redes sociales, los anuncios de carácter político están muy optimizados y dirigidos a perfiles concretos, perfiles que no saben cómo, quién o por qué están siendo influenciados.
De igual forma, Reisach sostiene que esto facilita la creación de cámaras de eco que refuerzan sesgos de confirmación. La desinformación en redes sociales está descontextualizada, su origen es, con frecuencia, opaco y la anonimidad impide a la policía tomar acciones legales. Además, las técnicas para fabricar y editar noticias desinformación se desarrollan más rápido de lo que se pueden detectar y combatir. Las redes sociales son un entorno perfecto para la diseminación de desinformación y para que las elites económicas y políticas perviertan a los medios para promover sus propios intereses.
Es por esto que Reisach realiza una radiografía extensa sobre las formas de manipulación en redes sociales (propaganda, trucos psicológicos, narrativas políticas…), la ética mediática en el entorno digital. Un artículo que sirve panorámica de la manipulación en redes sociales y un gran punto de partida para estudiar la desinformación en los medios digitales. Si te interesa profundizar en el tema, puedes hacerlo a través de este enlace.
Reisach, U. (2021). The responsibility of social media in times of societal and political manipulation. European Journal of Operational Research, 291 (3). DOI: 10.1016/j.ejor.2020.09.020.